Uvas

Uno de los elementos clave para la fertilización de las uvas es considerar las diferencias que existen entre las distintas variedades de uva que se cultivan. Los objetivos serán diferentes entre las uvas de mesa, las uvas de vino y las uvas cultivadas para la producción de pasas.

La fertilización de las plantas perennes, como la vid, consiste principalmente en gestionar el equilibrio de los elementos minerales presentes en el suelo. Un exceso aumentará el vigor de la planta en detrimento de la calidad de la uva, mientras que una carencia comprometerá la producción, así como la calidad a largo plazo de la vid. El aporte de nitrógeno debe limitarse a la reposición del que se elimina del suelo. Las vides no tienen una gran demanda de fósforo y sólo deberían necesitar unas 30 unidades al año. Por su parte, el magnesio debe controlarse caso por caso. Por último, la exportación de calcio puede alcanzar las 120 unidades.

En cuanto a las uvas de mesa, los principales objetivos de producción son el rendimiento, el tamaño, el sabor y el aspecto. La tarea clave es gestionar el equilibrio de los elementos minerales en el suelo.

En cuanto a las uvas pasas, los motores de la fertilización son diferentes. El objetivo principal es obtener un máximo de frutos en los racimos.